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SAL SI PUEDES

A contramano

A contramano A CONTRAMANO

Sentí los pasos subiendo la escalera. Solo la luz que entraba por la ventana desde la calle iluminaba la habitación. Hecha un ovillo, el sillón me cobijaba. Lamía mi piel como una loba herida. Fue derecho al baño. La mezcla de sudor y perfume iba tras él, único testigo, en minutos ni rastro quedaría.
Llamadas consecuentes, palabras como flechas que iban y venían plasmadas en correos teñidas de poesía, sexo contado por los dedos de una mano, conformaban la reseña de nuestra historia.
- ¿ A qué le temes cachorra?
- A enamorarme y que me lastimes. Le respondía.
Sacudí el miedo y me metí en su cama. Cada noche lo esperaba desnuda en la oscuridad de su cuarto. Nuestros cuerpos se encajaban, libraban batallas, sudaban amores.
Antes del amanecer partía.
La noche se pintó la cara. Fue difícil reconocerlo, pero cuando las voces comenzaron a cantar, la suya era inconfundible. Esa boca que mi lengua hurgaba cada noche, esa boca que era mía hoy le cantaba al pueblo

Este es el lugar de las
cosas perdidas
que se nos perdieron
en la
madrugada.
aquí esta la novia
con su
despedida
un exodo de bocas
que no
dicen nada
Vengan al lugar de las
cosas perdidas
se sabe que todos pierden
algún día
un amante
un libro
una alcancía
un algo de vergüenza
con un mediodía.
perder el nombre
sin querer
perder el miedo de
no ser, no puedo
los pobres ya no tienen
que perder
solo la dignidad les queda a ellos
Este es lugar de las cosas perdidas
Vengan al lugar de las cosas perdidas.

Me fui abriendo paso entre la gente.
- Al tablado a verte, estas loco, ni muerta voy.
Estaba allí parado, con el sombrero en una mano, mientras la otra la tomaba por la cintura. Ella recorría una gota de sudor que bajaba por su mejilla hasta morir en el cuello.
Esa boca es mía, esas manos son mías, ese cuerpo es mío. Gritaba en silencio.
Le levantó la falda, introdujo sus dedos, los lamió y volvió a metérselos.
La recostó contra la puerta del ómnibus y la cogió.
Un líquido espeso como su esperma, vomitaba mi boca.
La canilla se cerró. Dejé las llaves sobre la mesa y me fui.
Subí al coche, doblé en la esquina a contramano y la noche se pinto de luto.

1 comentario

Manuel -

Me encanta como transmites en esas letras, la intensidad de la experiencia. En sueños, parece ligado a "vienen".